sábado, diciembre 02, 2006

Llegué, llegué!

Vengo llegando de otro hotel... de otro largo viaje al que sobreviví. Estuve en dos sitios diferentes... un hotel grande con señales olorosas a nardo y bingo incorporado y una posada como yo, pequeña, tranquila y cálida en una linda ciudad que no tuve... ganas de disfrutar y se que en algún momento me arrepentiré...

Pero aquí estoy; llegando, las maletas están abajo y mis manos de princesa están resentidas, que delicada que soy y que exagerada, para 2 semanas meti todo lo posible y lo imposible en una maleta quejosa... En realidad no necesito eso, no necesito nada de lo que está en esa maleta... Me necesito a mí, no tan distraída de la vida, renacida, nueva, decisa... yo, y algo donde escribir y café... mucho café y chocolate... amargo... para que me deje ese saborcito en la boca, fuerte, como quisiera ser a veces, como me gustaría ser hoy...

Estoy cansada, con sueño y sin sueños... Me gustaría quedarme aquí un buen tiempo... Pero no ando muy bien de finanzas... El alquiler lo tengo resuelto, y el mercadito... las benditas tarjetas de crédito... si no fuera por ellas... o quizás... quizás... justo por ellas tome la decisión...

Aquí voy a estar... solo toquen, por si estoy en paños menores... y entren... como en el cuarto de mi mamá... todos al cuarto de Vero... como las chinas en mi cuarto...

3 comentarios:

Conserje dijo...

Bienvenida. Me costó un poco hacerles entender a los de la hacienda en Chuao cómo lo quería, pero al final entendieron.
Cacao sin prensar, molido ligeramente azucarado y por supuesto conchado.
Amargo pero no tanto, dulce pero no tanto, bien oscuro y profundamente aromatizado.
Aquí se le dejo un poco. La reserva quedará conmigo.

Verónica E. Díaz M. dijo...

Gracias por esa Bienvenida Mi Señor! Exquisito cacao el nuestro... Sabía que iba a disfrutar mucho en este motel...Después voy por la reserva...

Anónimo dijo...

¿Puedo pasar?